Hago el paréntesis de que fueron elegidas por voto popular, pues en 1976 y 1987 hubo alcaldesas designadas en Medellín y Barranquilla, caso que se repitió en Bogotá en 1992.
Este fue el primer cargo de una mujer en política por elección popular, lo que marcó un cambio de género en Colombia, pues, tras estos periodos de alcaldías, se buscó que se cumpliera la ley de cuotas, que exigía que al menos el 30% de los altos cargos en Colombia fueran ocupados por mujeres.
En 2018 llegó la primera vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, quien ganó las elecciones junto a Iván Duque en la segunda vuelta. Ambas fórmulas vicepresidenciales estaban encabezadas por mujeres, lo que representó un cambio enorme en el panorama político colombiano.
Sin embargo, esta corriente de mujeres presidentas también se ha visto en otros países de Latinoamérica, como en México, con la presidenta Claudia Sheinbaum; en Venezuela, con la candidata presidencial María Corina Machado; y en Ecuador, donde Luisa González Alcívar pasó a segunda vuelta este año. En Bolivia, la precandidata Carol Blenda Illievski también ha ganado relevancia.
Esta tendencia también está cobrando fuerza para las elecciones de 2026 en Colombia, donde existen siete precandidatas a la presidencia: Claudia López, María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, María José Pizarro, Vicky Dávila, Susana Muhammad y Carolina Corcho.
Estas siete mujeres representan un panorama amplio de ideas y partidos políticos, cada una con enfoques distintos.
De todas ellas, la candidata que yo apoyaría sería Susana Muhammad, pues su enfoque en temas ambientales es clave. Además, se trata de una figura completamente alejada de las presidencias tradicionales en Colombia.
Igualmente, dejo la pregunta en el tintero: ¿En las elecciones de 2026 habrá candidatas mujeres para la presidencia?
0 Comentarios